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ACTIVATE – Tecnologías que apoyan la participación comunitaria activa
Si algo aprendimos durante la pandemia es cómo la interacción y la participación social se vieron limitadas de un día para otro, y cómo la tecnología se convirtió en el mejor aliado para aliviar el aislamiento.
Las personas con diversidad funcional sufrieron en mayor medida, al verse aisladas de sus familias y amigos durante los periodos de confinamiento y, a medida que se cerraron los centros de día y los servicios de apoyo, sus oportunidades para socializar y participar se redujeron significativamente.
Según un reciente estudio de la Fundación ONCE y ODISMET, “El impacto de la pandemia Covid-19 en las personas con discapacidad”, los confinamientos y restricciones de movilidad impuestas por el virus los ha llevado a modificar sus dinámicas y rutinas, empujándoles a un aislamiento social sin precedentes. Algunos datos reflejan claramente las consecuencias: el 34% de las personas entrevistadas consideró que su salud ha empeorado, y el 52% sufrió alteraciones en los hábitos de sueño y alimentación. En cuanto a la salud mental, el 55% experimentó un sentimiento de tristeza, el 50% sintió un empeoramiento de su estado de ánimo y el 34% ha necesitado ansiolíticos y antidepresivos.
Al mismo tiempo, el uso de entornos digitales durante la pandemia ha puesto de relieve el potencial que tiene la tecnología para eliminar barreras y permitir una participación más igualitaria. Al tener acceso a Internet, muchas personas con discapacidad han podido participar en la sociedad como nunca, porque las barreras físicas y de comunicación han ido desapareciendo a medida que la educación, el trabajo, las compras, y muchas actividades de ocio se han llevado a cabo en línea.
En este contexto, desde Moviéndote, en colaboración con ASPAYM-Baleares y organizaciones de Portugal, Chipre, Eslovenia y Alemania, nos planteamos el desarrollo de un proyecto que permitiera promover la participación comunitaria de las personas con diversidad funcional.
Definimos la participación comunitaria como el involucramiento de las personas de una comunidad en proyectos para resolver sus propios problemas. En el derecho internacional, el derecho a la participación, incluido el de las personas con discapacidad, está firmemente arraigado.
Y también tiene un gran impacto en la salud: la calidad de vida de una persona aumentará si tiene una conexión significativa con otras personas, la familia, su ocupación y la sociedad. La limitación de las actividades de la vida diaria por discapacidades funcionales afecta negativamente la participación comunitaria, lo que significa que la calidad de vida de las personas con discapacidad también se ve afectada negativamente.
El proyecto ACTIVATE surge de un contexto de pandemia para empoderar a las personas con discapacidad funcional, ayudándoles a aprovechar al máximo el potencial de las tecnologías para convertirse en miembros activos de la sociedad. Lo lograremos a través de dos RESULTADOS:
Un curso de formación sobre acción comunitaria y mecanismos de participación social en línea, especialmente diseñado para personas con diversidad funcional.
Una caja de herramientas de recursos prácticos para el fomento de la participación comunitaria, dirigida a los profesionales que prestan atención social a las personas con diversidad funcional.